El color es un gran aliado del interiorismo. Nos ayuda a crear efectos decorativos y sensaciones: frescura, tranquilidad, optimismo… La decoración con colores intensos, en concreto, tiene la propiedad de transmitir energía, vitalidad y calidez a los espacios. Es importante saber dónde incorporarlos, además de cuántos utilizar y en qué proporción, para darle estilo y un toque interesante a nuestro hogar.
En primer lugar, pensemos que podemos integrar en color en nuestra casa de dos maneras: en grandes superficies o mediante detalles y accesorios. La jugada más atrevida es incorporar los colores en paredes, techos o muebles. Una fórmula más sutil es combinarlos en cojines, alfombras, lámparas, cuadros o cualquier otro objeto decorativo.
Sea cual sea la forma elegida, hay una serie de recomendaciones que siempre funcionan para lograr coherencia visual y no excederse.
«La proporción es la clave de la belleza». Es una frase de Ken Follet, autor del bestseller Los pilares de la tierra, que bien puede aplicarse a las lecciones de interiorismo. En el caso que nos ocupa, muchos diseñadores suelen aludir a la regla del 60/30/10 para la combinación de colores. El color dominante ocupará el 60% del espacio, el secundario se empleará en un 30% y el último, en un 10%. Si queremos pintar, por ejemplo, una pared de color llamativo, es recomendable jugar con colores neutrales en el resto de la decoración. Si, por el contrario, pretendemos dar color con los accesorios, conviene que el resto del espacio sea neutro.
Tres son multitud. Y aunque en decoración no hay normas estrictas, conviene tenerlo en cuenta. Podríamos, es verdad, añadir un cuarto color neutro. Y, por supuesto, podemos jugar solo con dos colores. Lo importante es atender al gusto personal y no olvidar que no solo los colores importan, sino que los materiales también aportan un matiz significativo.
Los polos opuestos se atraen. No debemos olvidar qué colores se llevan bien entre ellos. Un clásico entre los clásicos es el contraste entre blanco y negro, pero hay más formas de combinar. Podemos jugar, por ejemplo, con la intensidad monocolor, eligiendo un tono claro y uno oscuro. Esta opción es quizá la más conservadora, pero nos da la opción de elegir si queremos que predominen los tonos suaves o fuertes, potenciando así las sensaciones que transmite cada color. También podemos escoger colores opuestos de la rueda cromática. Son los llamados colores complementarios, que están a los extremos, y cuya combinación aporta contraste pero sin estridencias. En una apuesta intermedia optaremos por los colores consecutivos, que se suceden en la rueda cromática, y que consiguen una mezcla muy armónica, tanto si nos decidimos por colores fríos como si lo hacemos por colores cálidos.
En cualquier caso, el consejo más relevante es equilibrar armonía y contraste para lograr un efecto grato y dinámico, lejos de un marcado choque visual. Y, por supuesto, al margen de tendencias y “normas”, debe prevalecer la personalidad del hogar.
En Muebles Fhoa nos gusta trabajar el color, combinarlo tanto en espacios como en mobiliario y detalles, para crear estancias únicas, acogedoras, llenas de vitalidad. Ven a vernos, cuéntanos cuál es tu color favorito o cómo quieres sentirte en casa y prepararemos un proyecto para ti.